The Christian Spiritual Works of Mercy

The Christian Spiritual Works of Mercy

Throughout this article we will tell you in detail the meaning of the spiritual works of mercy  according to Christianity and what is the importance of them within this religion.

Spiritual Works of Mercy explained

Spiritual works of mercy are those acts that are performed to help others, honestly and selflessly. Unlike the corporal works of mercy, the spiritual ones aim to nourish the spirit of those who need it.

Through these works we help those who need it intellectually and emotionally, not physically, as happens in the corporal works of mercy. However,  what are the spiritual works of mercy? Throughout this article we will explain each of the seven.

What are the spiritual works of mercy?

As we mentioned earlier, these are seven spiritual works of mercy within Christianity. First of all, there is teaching the one who does not know. It consists of helping the ignorant in any matter, even in religious matters. For example, teaching someone who cannot read is a spiritual work of mercy. The teachings can be carried out through writing or words, by any means of communication.

It should be emphasized that this type of work is not carried out for our own interests, but for the simple fact of helping others. Those who teach justice to the rest of the people will shine like the stars in perpetual eternity (Dan. 12, 3b)

Second, we find the merciful work of giving good advice to those who need it. One of the most frequently mentioned gifts of the Holy Spirit is the gift of counsel. That is why whoever wants to give good advice must strictly be in tune with God. We should not express personal opinions, because the person does not need to listen to what we believe is best for him or her.

Instead, we must offer a guide to those who need it, so that they find their way in the light towards God and not towards evil. That is why it is important that we ourselves are connected with God, only then will we know how to guide others.

The next spiritual work of mercy is to correct the one who is wrong. This does not only refer to correcting someone who makes a mistake regarding some action or word. It is fundamentally about correcting the sinner. The correction among our brothers must be corrected.

Therefore, if our neighbor sins, we should gently try to talk to him to prevent him from continuing on the path of evil. We must blame him. If he listens to us, we have gained a brother. It is important to keep in mind that you do not have to be harsh in the correction.

On the contrary, we should treat our neighbor with gentleness and humility. On many occasions it can be difficult to do it, because it depends on what he has done, we can also find ourselves disappointed. However, in those moments, it can help us to remember what the apostle James said: “he who straightens a sinner from his evil way, he will also save his soul from death and obtain forgiveness of many sins” (St. 5 , twenty)

Forgiving injuries is the fourth of the spiritual works of mercy. This refers to forgiving people who have offended or hurt us, without having thoughts of revenge and without holding a grudge against anyone, because that will only make us sick and damage our soul.

Como decimos en el padre nuestro, “perdona nuestras ofensas, como nosotros también perdonamos a los que nos ofenden”. Si nosotros mismos perdonamos las ofensas de los hombres, Cristo también nos perdonará y nos dará un lugar a su lado. Por otro lado, si no perdonamos las ofensas que nos han hecho a lo largo de nuestra vida, el Señor tampoco nos perdonará, pues estamos llenos de rencor y deseo de venganza. Su reino debe estar lleno de paz, calma y amor.

Esto implica tratar de forma amable a aquel que nos ha ofendido, superando el resentimiento y otros sentimientos relacionados a la venganza. Por ejemplo, José perdonó a sus hermanos por haber tratado de matarlo y luego venderlo. Les dijo: no se entristezcan por haberme vendido aquí; pues para preservar vidas, me envió Dios delante de ustedes” (Gen. 45, 5)

Adicionalmente, el mayor ejemplo de perdón en el Nuevo Testamento es el de Cristo en la Cruz, quien perdonó a todos los hombres que tanto lo torturaron y crucificaron, provocándole una muerte lenta y dolorosa. Esto nos enseña que el perdón puede salvar nuestras almas. Debemos perdonar todo y siempre. Como dijo Cristo a su padre: “perdónalos, pues no saben lo que hacen”.

Muchas veces quien nos ofende está cegado por el odio u otras emociones, sin pensar en las acciones que realiza y a quiénes afectará. Debemos ayudar a esa persona a encontrar su camino y olvidar los sentimientos negativos que le atormentan.

Consolar al triste. La quinta obra de misericordia espiritual consiste en ayudar a aquellos con malestar emocional o sufre alguna dificultad. En algunas ocasiones, puede complementarse con otras obras misericordiosas como dar un buen consejo, el cual ayude a la persona triste a superar su dolor y tristeza, que le atormentan de manera constante.

Acompañar a nuestros hermanos en todos los momentos, pero más aún en los más difíciles, demuestra nuestro amor incondicional y desinteresado hacia ellos. De igual forma, con esta obra ponemos en práctica el comportamiento de Jesús, quien se compadecía del dolor de los demás.

Uno de los mayores ejemplos al respecto viene del evangelio de Lucas. Consiste en la resurrección del hijo de la viuda de Naím. Al acercarse a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una mujer que era viuda, a la que acompañaba una gran cantidad de personas provenientes de la ciudad.

El Señor, al verla, tuvo compasión por su dolor. Le dijo que no llorara y, al acercarse, tocó el féretro. Quienes lo llevaban se detuvieron, y él dijo “Joven, levántate”. El muerto se levantó y comenzó a hablar, mientras que el Señor se lo entregó a su madre.

La sexta obra de misericordia espiritual es sufrir con paciencia los defectos de los demás, entendiendo que nadie es perfecto y debemos aceptarnos tal y como somos, pues nosotros mismos también tenemos defectos que quizás otros deban, igualmente, sufrir con paciencia. Por lo tanto, la paciencia ante los defectos ajenos no sólo es una virtud sino una obra de misericordia.

Siempre debemos recordar que todos tenemos defectos, y eso no nos hace menos merecedores del amor y de la paciencia. Sin embargo, cuando esos defectos ajenos nos hacen más daño que bien y no nos causan ningún beneficio para nuestra alma, debemos advertir al prójimo al respecto o simplemente alejarnos por nuestro propio bien, pues no debemos destrozar nuestra alma por otros.

La séptima y última obra de misericordia espiritual es orar por los vivos y los difuntos. San Pablo da la recomendación de extender nuestras plegarias y oraciones a todos, sin excepción. También por gobernantes y personas de responsabilidad, dejando el rencor y resentimiento a un lado, ya que eso no nos hace bien. A su vez, el deseo de San Pablo es que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

Por otro lado, orar por los difuntos permitirá que las almas que se encuentran en el purgatorio sean liberadas. Sus almas dependen de nuestras oraciones, pues cuando oramos, al menos quince almas son libres de sus pecados y pueden ir al cielo con nuestro Señor.

El papa Francisco, pide a todos los cristianos y a otras personas de buena voluntad, rezar, especialmente por los cristianos perseguidos. Debemos conceder este deseo del Papa. De esta forma, nuestros hermanos en la fe, sentirán el consuelo de nuestra oración por ellos para aliviar su dolor y su tormento.

Obras de misericordia espirituales y corporales

Como mencionamos anteriormente, existen obras tanto espirituales y corporales. En este apartado del artículo, te mencionaremos brevemente la lista de las obras de misericordia corporales.

Es importante recalcar que, a diferencia de las obras espirituales, que buscan aliviar el alma y espíritu, las corporales buscan aliviar necesidades físicas como hambre, sed, enfermedad, entre otros. Son las siguientes:

  • Dar de comer a quien tiene hambre.
  • Dar de comer al sediento.
  • Dress someone who lacks clothes or has clothes in poor condition.
  • Give shelter to the foreigner or foreigner.
  • Visit and care for the sick.
  • Visit those who are incarcerated.
  • And finally, bury the deceased.

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